Historia de IDR
La historia del Instituto de Robótica Educativa (DR) es una historia de perseverancia, innovación y compromiso con la educación, que comenzó con un sueño de cambiar la forma en que los jóvenes aprenden y que, con esfuerzo y dedicación, ha tenido un impacto significativo en la vida de muchos estudiantes.
El Instituto de Robótica Educativa (DR) nació de una pasión compartida por la educación y la tecnología. Su fundador, Iván Domínguez Rangel, un docente universitario con más de 15 años de experiencia en la enseñanza de tecnologías emergentes, siempre soñó con encontrar la manera de hacer que el aprendizaje de la ciencia y la tecnología fuera más accesible y atractivo para los jóvenes.
En sus primeros años como profesor, Iván notó una creciente desconexión entre los estudiantes y los métodos tradicionales de enseñanza. Los temas relacionados con las matemáticas y la ciencia eran vistos como aburridos y difíciles, lo que desmotivaba a los estudiantes. Al mismo tiempo, veía cómo la tecnología y la robótica empezaban a tener un impacto significativo en diferentes industrias, desde la manufactura hasta la medicina. Fue entonces cuando comprendió que debía existir una forma de conectar la curiosidad innata de los estudiantes con estas nuevas herramientas tecnológicas.
En 2010, Iván asistió a una competencia de robótica en Calimaya, lo que resultó ser una revelación. Observaron cómo los estudiantes, de todas las edades y niveles de habilidad, trabajaban juntos para diseñar, construir y programar robots que resolvieran problemas del mundo real. Fue testigo de cómo la robótica encendía una chispa en ellos: lo que antes era un tema difícil se había convertido en algo emocionante, tangible y divertido. A su regreso, decidió que esa sería la clave para transformar la educación en su comunidad.
En 2012, con el apoyo de un pequeño grupo de amigos y colegas, fundó el Instituto de Robótica Educativa, un espacio donde los jóvenes pudieran aprender de manera práctica y colaborativa. Comenzaron ofreciendo talleres en colegios locales con kits de robótica básicos, atrayendo rápidamente la atención de estudiantes, padres y docentes. Los primeros años no fueron fáciles: conseguir los materiales, organizar los talleres y promover la robótica en un contexto donde aún era un concepto novedoso supuso un desafío. Sin embargo, la pasión y el compromiso de Iván su equipo empezaron a dar frutos.
Con el tiempo, el instituto fue creciendo y ampliando su oferta educativa. Lo que comenzó como un pequeño proyecto de fin de semana se transformó en una institución de referencia en la región. Se incorporaron nuevos programas de robótica, abarcando desde la programación básica hasta la inteligencia artificial aplicada. Se forjaron alianzas con instituciones educativas y tecnológicas, lo que permitió al instituto ofrecer cursos más avanzados y preparar a los estudiantes para competencias nacionales e internacionales de robótica.
En 2016, el Instituto de Robótica Educativa inauguró su primera sede física, un centro de aprendizaje equipado con laboratorios de robótica de última generación y tecnología de impresión 3D. A medida que la institución crecía, también lo hacía su impacto: más de 500 estudiantes habían pasado por sus aulas, y varios de sus egresados habían obtenido becas para estudiar en universidades de prestigio, además de lanzar sus propios proyectos tecnológicos.
A lo largo de su trayectoria, el Instituto no solo se dedicó a la enseñanza de robótica, sino también a fomentar el espíritu emprendedor y la creatividad en sus estudiantes. Muchos de los proyectos que nacieron en las aulas del instituto encontraron soluciones para problemas locales, como la automatización de procesos agrícolas o el desarrollo de robots de asistencia médica.
Hoy, el Instituto de Robótica Educativa sigue siendo un referente en la enseñanza tecnológica. Su misión de "transformar la educación a través de la robótica" ha inspirado a miles de jóvenes, docentes y empresas. Con miras a expandir su presencia en otros países, el Instituto continúa innovando, siempre con el firme propósito de preparar a las nuevas generaciones para los retos y oportunidades de un mundo cada vez más digital y automatizado.
Iván Domínguez Rangel.
Licenciado en Pedagogía.
Premio Dr. H.C. Ingeniería Educativa STEAM